OHANA SIGNIFICA FAMILIA, FAMILIA QUE NO SE OLVIDA Y QUE SIEMPRE ESTARÁ JUNTA.
Nos querremos mas que a nadie pa' que no corra ni el aire entre tú y yo.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Las típicas cosas que sabrás "cuando seas mayor".

Los barcos se hunden y los muros se caen. Las personas son lo que callan. Incluso a las leyendas se las lleva el dulce olvido. Hay personas a las que morderías mil veces, aunque todo fuera en contra. Hasta los gigantes sueñan con tocar la luna. El hielo también quema y las personas frías son las primeras en arder. Bailas mejor cuando nadie te mira. Te sienta mejor la luna llena. Nuestras huellas dactilares no se borran de las vidas que tocamos. Hay cuartos en los que te pones de puntillas y parece que te pinchen las estrellas en las manos. Todos nos autodestruimos y aunque lo neguemos seguimos creyendo en el quizá. A cualquier cosa le ponen el nombre de amor, y de este quienes más saben son los borrachos. El equilibrio resulta imposible entre nosotros dos. Hay canciones que no están hechas para cantar con cualquiera. La poesía está hecha de verte dormir en mi almohada. Entre los huecos de mis dedos de las manos entra la mano de cualquiera, pero solo hay sitio para la tuya. El insomnio, las batallas perdidas, las fotos de verano y los calcetines rotos son cosas que se acumulan. Las personas valientes son las que se quedan a tu lado y comprueban que eres algo más que todas tus cicatrices. No hay nada que pegue más que la esperanza y los ojalá. A pesar de crecer siempre tendrás el miedo a amar, a las despedidas, a los que te rompen y a los que llegan más tarde para arreglarte. Septiembre siempre llega y nunca llena. Hay personas que valen todo lo que duelen, y en el fondo eso es lo bonito. Los soñadores son aquellos que tienen como sueño ver dormir a otra persona, y que pocos quedan.hay gente que en toda su vida no sabrá diferenciar el "amor" de la necesidad, la vida de morir por alguien, las declaraciones de amor de despertar a tu lado y el frío de la ausencia de calor. No existe ninguna madrugada que no te haga recordar. Y a todo el mundo se le da mejor fingir que todo va bien que mostrar sus heridas. No hay calma sin tormenta. Hay gente que pasa por tu vida como las modas, otra como las drogas. Y que mientras hay gente que va dando tumbos en busca de la felicidad no hay mejor manera de encontrarla que esperando a que llegue sola enredada entre las nubes de tu pelo.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Caótico, bohemio, tú.

Escrito a las 4 a.m. aproximadamente de una madrugada cualquiera, a la luz cálida de una lámpara, con el primer cigarro de un paquete recién abierto correteando por mis dedos y agarrada a una taza de amargo café que ya quemó mis labios, para no perder costumbre.
La luna se halla altiva y descarada en lo alto del cielo más oscuro, llena intentando compensar a las personas que están un poquito vacías. Mi conocido y ya prácticamente amigo insomnio ha vuelto a visitarme entre las sábanas (ya podías haber venido tú). Hace tiempo que no me sale eso de escribirte los versos más bonitos, pero es que las palabras son tan feas y vacías, que resulta prácticamente imposible, inexplicable e inútil. A pesar de todo, aquí sigo intentando ordenar las letras de manera que se asemejen y consigan reflejar los que se siente cada vez que paseas tu mano por mis piernas, o tu lengua por mi espalda. Me da un poco de miedo dejarle mis sueños al azar, que tal vez no aparezcas y me toque hasta en sueños echarte de menos, quizá por eso no he dormido aún. O tal vez sea que mi cama me queda grande para soñar a solas.
Pienso a menudo en el tipo de persona que eres, puede que seas de esos que te encuentran, o tal vez de aquellos que saben salvarte a tiempo, o una mezcla de muchos tipos de personas (quizá esto sea lo más acertado), no sé si me entiendes. Lo que si que tengo claro es que lo que llaman "amor" no lo encontrarás en ningún viaje fugaz entre unas piernas. Es algo así como las piernas entre las que te quedarías a vivir, o los ojos, o los labios. Y casualmente, o igual no, fue la casualidad la que jugó sus cartas para que a día de hoy sólo escuche el susurro de tus labios y respire  tu aire en mis pulmones. Tal vez sea por eso que amanezca cada madrugada, con los ojos aún medio nublados y me imagine ver tu culo andar por mi pasillo. Se me acaban los motivos por los que me rodee una ausencia permanente de calor.
Y a ver que cigarro me consume ahora las ganas de morderte, aunque aún terminando los 19 restantes probablemente se queden conmigo.

Que bonito eso de saber que a cada paso que yo dé lo darás tú también.

Siempre así.