OHANA SIGNIFICA FAMILIA, FAMILIA QUE NO SE OLVIDA Y QUE SIEMPRE ESTARÁ JUNTA.
Nos querremos mas que a nadie pa' que no corra ni el aire entre tú y yo.

miércoles, 16 de enero de 2013

Heridas del Rock'n'Roll.

"Después de 17 años, girando en torno a las canciones, esta es nuestra vida, lo que más amamos, nos hemos acostumbrado a las resacas homicidas, a los hoteles de paso, amamos el olor a asfalto, aunque todavía no soportemos los aviones. Y sobre todo, no aguanto las putas heridas del rock'n'roll."
ARRIESGATE, PERO CON ALGUIEN, A VIVIR.
En estos años he acabado acostumbrándome a gente que no dice lo que piensa, a mil mentiras, a sonatas sin sentido, a gente que no lucha por lo que quiere y que no se aferra a sus ideales. Me he acostumbrado a las mentiras y al sabor de las lágrimas ajenas. Me he acostumbrado a viajes de ida y vuelta, a los círculos viciosos, y a personas de una sola noche. Acostumbrada también a tener agujetas de tanto sonreír, a que la gente se sorprenda al mirarme a los ojos. Me he acostumbrado al estado de espera, al trasegar, a los noviembres lluviosos, al paquí pallá, y a la mezcla de sonrisas y rock'n'roll (pero también a sus heridas). Me he acostumbrado a que me de igual mojarme si llueve. Me he acostumbrado a no decir "te quiero", a andar sobre una cuerda floja y no un camino, a tratar de vivir mis sueños, aunque me arriesgue a perderlos. Me he acostumbrado al punto muerto, a la marcha atrás, a la doble dirección de las palabras, a los pasos perdidos y a las tardes de Domingo. Me he acabado acostumbrando a las despedidas,  a un baile desenfrenado, al ritmo de un tango suicida y también al vals del adiós. Y por último me he acostumbrado a mi complejo de Peter Pan, a Cenicientas que lloran por perder sus zapatos, e incluso a ver Venecia sin agua.

Ahora solo quiero acostumbrarme a una sola cosa. Acostumbrarme, arriesgarme a ti, diariamente. Acostumbrarme a levantarte todos los días con una sonrisa, y desayunar de besos, a palabras y palabras, a sorpresas y a pequeñas dosis de felicidad en estado puro. Al fin y al cabo, me acostumbraré a echarte de menos cuando no estés, a necesitar tu sonrisa sobre mis labios, a ti en mi cama. Me acostumbraré al que pierdas la cabeza por mi cintura, y a que la luna se muera de la envidia por no tenerte sobre su almohada, espero que te parezca suficiente, a mí me parece un sueño.
¿QUIÉN ES EL ENCARGADO DE AMUEBLARTE EL CORAZÓN, PRINCESA?


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Que bonito eso de saber que a cada paso que yo dé lo darás tú también.

Siempre así.