Hay momentos que merece la pena recordar:
El primer juguete, la primera palabra que dijiste, tus tres primeros pasos, la primera vez que montaste en bici sin ruedines, la primera gran amistad.
La primera vez que te gustó un chico, la primera vez que te enamoraste, el primer amor no correspondido y el primero que si correspondió. Los demás amores uno tras otro, el primer beso, la primera vez.
Todos coleccionamos momentos que nos gustaría que permanecieran siempre atados a nuestros recuerdos, siempre hay momentos para olvidar y momentos para recordar. Por desgracia, los momentos para olvidar aparecen cuando peor te sientes y los momentos para recordar se acaban olvidando.
Un momento que no olvidaré nunca o espero no olvidar fue el momento en que le conocí. Aquella primera vez en que cruzaste tu mirada con la mía y ambos sonreimos. Aquella en que nuestros dedos se rozaron. Aquella tarde en que no podía despegar mi mirada de ti.
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