Me suelen definir poco estable emocionalmente. Puedo estar derrumbándome en un instante y al siguiente reír a carcajadas. Me bastan unas pocas personas para hacerme sentir feliz, no me agobian los lugares cerrados, pero me encantan los espacios abiertos donde sentir que puedes volar mientras corres. Me encantaría visitar Sidney, ciudades como París, Venecia o Roma me quedan demasiado cerca. Me gustan los animales, me encantan los perros y los gatos. Me gustan los ojos de cualquier color, lo que de verdad me gusta es la mirada. Yo no soy de las que esperan a su principe azul, soy de las que piensan que las niñas ya no quieren ser princesas. Odio madrugar en los fines de semana, odio los examenes y las tardes sin hacer nada. Me gustan los pequeños detalles y las grandes personas. Me apasiona bailar, me encanta cantar a voz en grito. Me da igual la demás gente, los que de verdad me importan son los de verdad, los que comparten mis días, por ellos daría hasta la vida. Me encanta la música, sobre todo esa que me hace sentir yo, estoy de acuerdo con Melendi, ya no quedan canciones como las de extremoduro. Adoro vivir la noche, pero también cada uno de los días. No creo en el fin del mundo. Me apasionan las tardes de sol, las noches de luna y los besos debajo de la lluvia. Me gusta soñar y me paso el día pensando en mil cosas al mismo tiempo. Me encanta reír, es mi adicción favorita después de él.
Que necesita a alguien cuando va a caer, que borra las fronteras solo con sus pies.
Que necesita a alguien cuando va a caer, que borra las fronteras solo con sus pies.
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