Sólo hay momentos que me parece que la yema de mis dedos toca el cielo, son aquellos momentos que estoy junto a él, junto a mi razón de ser. Aquellos momentos en los que las horas parecen segundos, no me bastaría todo el tiempo del mundo a su lado para sentirme bien. Son esos momentos que me parece que van a volar en cuanto te das la vuelta para irte. No te vayas de mi lado, no hoy, ni mañana, a ser posible no te vayas nunca, ya no me imagino como vivir sin ti, sin tu sonrisa, sin tu mirada. No me explico como he pasado 15 años de mi vida viviendo sin conocerte.
Tú, que en menos de dos mes te has convertido en algo más esencial que el aire.
Quédate hasta el día que lluevan pianos, quédate hasta que yo de mi brazo a retorcer.
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