Que no me hablen de paisajes si no le han visto a él primero, que no me hablen de lunas sin haber visto su sonrisa.
Sí, ya se que no es perfecto, que como todos tiene sus defectos. Pero ¿sabes que? Para mí no hay persona más perfecta en el mundo entero.
Solo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre. Llámalo bello, que yo me ahogaría cada día en el perfume de su cuello.
¿Sabías que siempre es un sí que no acaba nunca?
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