Las cosas acaban, todo tiene su tope, su final, aunque no queramos verlo, como la vida misma. Cada final se nota en las venas, como un veneno que va quemándote poco a poco, desgastándote las ganas de seguir.
Porque sí, los finales duelen, y no todos como dice la gente llevan a algo mejor, porque eso solo lo dicen por animarte en el momento, pero ¿sabes? un final nunca es algo bueno. Te acuerdas de aquel quédate hasta el día que lluevan pianos, pues te has ido y yo no veo que los pianos lluevan. ¿Y todas aquellas putas promesas donde están? ¿No te acuerdas de ellas? Ya veo que olvidar es fácil para ti.
Una vez le prometió: "tu siempre serás mi estrella", y la estrella se apagó.
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