Simple ¿no? Pues vamos a cumplirlo. Soñemos, imaginemos, vivamos uno al lado del otro, que no quepa ni el aire entre nosotros y cada suspiro se encuentre con otro suspiro. Recordando ese número, aquel que ahora me hace sonreír, sentirnos. Llorar, pero solo de alegría. Ser tú para mí y yo para ti, no hay más, no hay ningún secreto, ninguna fórmula, ninguna receta que te pueda dar para conseguirlo. Porque ya no me imagino vivir si no es al lado de mis bartolos, de mi gente, lo mejor de esta puta vida.
Y ahora a vivir un sueño, mi sueño, tu sueño, nuestro sueño. Sólo has de soñar, y aprende a sonreír aunque quieras llorar. La verdadera fórmula de la felicidad no está en los libros, sino en los sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario